¿Facebook es tu diario personal?


No podemos negar que las redes sociales se han convertido no sólo en una moda sino en un medio más  de comunicación, llegando a superar en algunos casos a la televisión. Facilidades como la disponibilidad, la portabilidad y la inmediatez han logrado que sea el preferido de la población sobre todo en los más jóvenes; sin embargo, la característica principal de Facebook es haber logrado una ventana al mundo que pueda ser moldeable a las necesidades del sujeto; si este desea ser el centro del universo entonces Facebook hará que lo parezca, si quieren sentir afecto, te dará consejos y aparentes amigos; si quieres ser famoso, allí creerás que lo eres, pues son los likes y compartidos las únicas reglas del juego, quien tiene más: Gana.

Seguramente has percibido todo esto no sólo en la teoría sino en la práctica, y ya sea que te pase a ti o a alguno de tus contactos, sabrás que existen personas que publican cada segundo de su vida en las redes. ¿Algo malo con eso? no quiero dar un criterio moral sobre el asunto pero si un análisis particular de la situación.

Lo primero que habría que preguntarse (repito, ya seas tú o a algún contacto) es la intención de aquellas acciones, a qué se debe que publique de esa manera, qué quiere lograr; y respuestas como “nada” o “no sé” no valen, y te advierto que será difícil encontrar la respuesta, pues aunque no lo parezca, la persona conoce el fin sus actos aunque le convenga desconocerlo a simple vista.

Quizá necesita ser escuchado, o quizá un deseo fuerte de mostrarse a otros; o la única forma de existencia que le es más fácil es a través de una foto en internet. Es como aquel muchacho tímido del salón o del trabajo, que suele ser muy hablador y talentoso por redes, pero muy parco en persona.

Es que la facilidad de Facebook tiene su origen en no dar la cara realmente, y tampoco dar respuestas. Si hace algo en redes que no haría en presencia real de otros es porque a través de eso puede que no perciba la mirada inquisidora del resto, una mirada existencial que le susurra al oído de su conciencia diciéndole lo mal que está haciéndolo, en Facebook no lo escucha; es más, si a alguien no le gusta lo que postea, lo pasará de largo; si expresan su disgusto, puede ignorarlo y hasta bloquearlo; es decir, no paga las consecuencia de hacer lo que hace. Se debe saber que el que juega en Facebook asume sus reglas, lo que ocurra allí será de dominio público y propiedad de todos.

Es típica aquella persona que publica un post suspenso acerca de algo que le sucedió y cuando en comentarios le preguntan “¿Qué pasó?” suele responder “imbox” o algún otro comentario tan en suspenso como el post. Y es que Facebook es un mundo sin aparentes responsabilidades; donde no expongo mi YO, sino mi ideal de yo, donde no veo la mirada reprobatoria de otros y donde no asumo lo más natural de la vida, la relación con otras personas.

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