¿No te gusta estar triste? Aquí algunos datos.
La sensación de estar triste o estar deprimido (aclarando
que clínicamente hablando no son lo mismo) no es algo agradable, es más, es una
de las sensaciones de las que generalmente se huye.
Hemos aprendido que el hombre debe buscar la felicidad, pero
en algún momento también nos vendieron la idea que dicha felicidad es sinónimo de placer, es
decir, sentir lo agradable, lo cual no es tan cierto que digamos; la felicidad está
ligada a la satisfacción de una vida plena
y con sentido, y se da hasta en momentos de tristeza, es decir, se puede ser
feliz estando triste (este tema lo hablaremos con mayor amplitud y detalle en
otro artículo).
Entonces podemos entender que no evitamos la tristeza en sí
mismo sino que evitamos el displacer,
es decir lo desagradable y aquí incluimos la cólera, el fastidio, la
frustración, el desapego, etc. Ya lo decía el viejo Freud (el padre del
Psicoanálisis) que el hombre actúa y se mueve bajo un principio: el principio
del placer, es decir, que hará todo con el fin de sentir algo agradable ya sea
tranquilidad, alegría, confort; tanto si elegimos una carrera, conseguimos un
trabajo, nos casamos con alguien, el sueldo que tenemos, todo esto en función
de sentir placer. Esto aparentemente es cierto, y digo aparentemente, porque la
historia nos demuestra que no.
En el enfoque psicoterapéutico llamado Logoterapia (que por cierto, es el que hasta ahora practico) se
concibe a las emociones como el correlato afectivo de aquello que tiene valor
en nuestra vida; es decir, aquello que
reconocemos como valioso está en relación con nosotros mismos.
Te propongo un ejercicio que lo aprendí de mi amigo y
mentor, el psicólogo Alejandro Salomón. Trae a tu mente algo o alguien que sea
muy importante en tu vida, imagina que corre peligro letal y reconoce lo que
sientes, seguramente será miedo; ahora imagina que ya no está y vuelve a
reconocer lo que sientes, seguro será tristeza; ahora imagina que te ha sido
arrebatado, seguro será cólera lo que sientes ahora; por último, imagina que lo
valioso está presente, seguro sentirás alegría o felicidad.
Como ves, toda emoción está ligada a lo que hay de valioso
en tu vida, ninguna emoción es mala o buena, solo es una emoción y nos ayudan a
reconocer que sucede en nuestro mundo. Entonces ¿Por qué huir de la tristeza?
La tristeza nos ayudará a darnos cuenta de que cosas importantes y valiosas ya
no están, o quizá sí están pero sentimos como si no estuvieran.
La próxima vez que te sientas triste, piensa que esa emoción
es una aliada que te ayudará a reconocer lo importante en la vida y te
conducirá a una vida más plena.
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