¡Bombero emocional, tarea de todos!
Sé que el título es poco usual y hasta gracioso, lo acabo de
inventar para que te fijes en un
concepto que quizá ya has elaborado.
Un bombero emocional es aquella persona que a otra que se
encuentra en crisis, vale decir: “emocional”.
Es que a todos nos ha tocado esas situaciones complicadas en las que
vemos a alguien desbordado en lágrimas o en decepciones frustrantes, muchas
veces no sabemos qué hacer para calmarla
o para que esté tranquila. Tranquilo, aquí detallo algunas recomendaciones.
Antes de empezar, quiero decirte que estar triste o
frustrado son emociones naturales en la vida y no tienen nada de malo, no hay
razón para evitar que la otra persona lo sienta, es normal y es humano, lo que
podemos hacer es acompañarla en su sentir; dicho esto, aquí vamos:
- ¿Qué busca de mí?
Preguntarse esto es básico, sólo esa
persona que sufre sabe lo que necesita pues es ella quien lo siente, y si no
eres un especialista (psicólogo o psiquiatra) es mejor acercase y preguntar primero.
Ojo, no es averiguar lo que le ocurre, sino averiguar lo que puedes hacer por
ella. Recuerda, ella es la prioridad.
- Tienes dos oídos, escúchala.
Seguramente ya te ha contado lo que ha
pasado y te ha dicho una y otra vez lo mismo entre toda la cascada de
emociones, seguro te mueres por darle consejos pero espera; ¿ella te lo ha
pedido? Seguramente que no, es más, puede que ni los necesite o no los quiera;
la mayoría sólo quiere ser escuchado. Esto no significa que estés mudo; mirar a
los ojos, inclinar el cuerpo hacia ella, asentir, palabras como “ajá” “ya veo”
“debe ser difícil” podrán lograr que sienta tu apoyo incluso más que un consejo.
- El silencio no es molestia.
A veces llega en la conversación esos
incómodos silencios, pero recuerda, “el silencio también es música”. Los
silencios ayudan a percibir las emociones para ambos interlocutores, facilita la conexión y el lenguaje no verbal
que transmite comunica más de lo que imaginas.
- Déjalo llorar.
Escucho muchas veces frases como “ya no
llores”, “tranquilo”, “no vale la pena llorar por eso”, “no llores, hay que
tener dignidad”, etc. sin saber que en
realidad estamos actuando de manera perjudicial al no valorar sus emociones;
quizá no llora por “eso” sino que llora por sí mismo y ella sí vale la pena; al
decir “tranquila” o “no me gusta verte llorar” estamos buscando nuestro propio
confort y olvidamos a quien tenemos al frente. Llorar ayuda a que la emoción fluya sin estancarse.
- La amiga soledad.
De repente te dice “quiero estar sola”, no
lo interpretes como un rechazo hacia ti; a veces se necesita una cueva para
recuperarse, o quizá necesita descansar, reflexionar a solas; no los fuerces a
hablar o a que se deje acompañar, en vez de eso hazle sentir que respetas su
decisión que contara contigo y habrás hecho mucho.
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