De La Fontana al Campo de Marte (sobre el Papa Francisco en Perú)



El día diecinueve de Enero del 2018 salía de mi residencia en el distrito de La Molina en Lima, tomé la movilidad que me llevaría por la avenida Javier Prado, de pronto nos detuvimos de pronto nos detuvimos en el cruce con la avenida La Fontana y era debido a que una caravana de autos y ómnibus pasaban alegremente dirigiendo hacia el Este; lo curioso de esto que los vehículos iban adornados, empapelados y abanderados de letreros e imágenes alusivos al Papa Francisco; ya que desde el día anterior el representante de la Iglesia Católica realizaba una visita que duraría hasta el 21 del mismo mes.

Esto me sacó una sonrisa, pues con agrado pude observar que en estos transportes iban personas de avanzada edad con polos y objetos muy festivos, también había religiosas de todas las edades, sacerdotes, los jóvenes haciendo vivas y cantando alegremente se dirigían al lado del Campo de Marte, a la Nunciatura Apostólica donde nuestro líder se quedaría.

Esa es la Iglesia Católica…

Los números y las estadísticas no están favoreciendo a la institución religiosa pero qué más da, ¿cuándo la han favorecido? La Iglesia católica jamás ha estado favorecida por las estadísticas, en el inicio fueron pocos y quizá para el final también lo sea; lo que importa en verdad son los corazones fieles a Jesús en su Iglesia.

La Iglesia está viva, pude percibirlo, silenciosa pero viva; trabajando en silencio, viviendo para el amor y desde el amor, una población que no está en redes sociales pero que en estos días ha salido a las calles; a muchos les sorprendió darle una mirada a esa Iglesia que decía “Aquí estamos, aunque no nos vean, aunque quieran desaparecernos, aquí estamos”.

De La Fontana al Campo de Marte se atraviesa media Lima, esa  Lima es un resumen del Perú, así también los católicos atravesaron y hasta ahora atraviesan con la fe ese Perú lleno del deseo de Dios. Estas semanas se enciende este fervor en muchos, y me incluyo; pero el Papa vino a exhortar a la conciencia de creyentes y no creyentes; ambos pueden entender de manera diferente pero similar lo que dice. Ahora nos toca a nosotros, tener un encuentro cercano con Cristo, y llevar eso que nuestro Papa ha denominado “las periferias existenciales”.

La Iglesia seguirá disminuyendo cuantitativamente, eso es casi un hecho, es lo que seguramente ocurrirá, pero la historia ha demostrado que mientras más perseguida sea la Iglesia entonces más firme se hace la fe, se transmitirá con mayor ímpetu y volverá a crecer con el misma fuerza con la que un peruano cantara el Himno Nacional en el mundial pero no nos enfoquemos en esto último, sino en nuestra misión, llevar a Jesús a aquellos que no lo conocen verdaderamente, quizá de mente sí, pero no de corazón.

 ESTAMOS Y ESTAREMOS unidos en la esperanza.

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